Esta semana vengo a compartir contigo cuáles son los cuatro errores letales que suelen cometer los emprendedores novatos cuando están construyendo su negocio digital.
Esto es especialmente importante para ti si en estos mismos momentos ya estás en el camino de crear tu negocio digital.
O si estás pensando en empezar las próximas semanas y no quieres asumir tanto riesgo de perder tiempo con el método ensayo y error.
Así que atento a estos cuatro errores.
¿Por qué la originalidad está completamente sobrevalorada y por qué deberías apostar por copiar un modelo?
El primer error que se suele cometer es: copiar sin arte.
¿Qué quiero decir con esto?
Hay una frase de Tony Robbins que dice: » si quieres tener éxito en la vida, busca alguien que ya tenga éxito en la vida y copia lo que está haciendo».
Más o menos se entiende la idea.
La idea es inspirarte en algún modelo, en vez de tratar de ser a toda costa original y crear una cosa completamente tuya desde la nada.
Hay que apostar por algo seguro.
Y algo que ya haya demostrado que aporta valor al mercado.
Por ejemplo, si tu propósito es crear un negocio de e-commerce, deberías buscar un emprendedor en el mercado que haya tenido mucho éxito con sus e-commerce.
Trata de analizar lo que está haciendo esta persona.
Lo interesante sería contactar con esta persona e intentar que sea tu mentor.
Pero si no haces esto, puedes tratar de seguir sus pasos.
¿Dónde está el problema en esto?
El problema es la frontera que existe entre copiar con inteligencia y hacerlo sin ella.
Es lo que vamos a tratar de aclarar en post.
El mercado no está preparado para aguantar a clones de un mentor que ha encontrado un modelo que funciona.
Cuando te invito a identificar un mentor y a copiar su modelo, no quiero decir que tiengas que copiar su diseño, sus colores corporativos, su identidad corporativa ni tampoco sus mensajes…
Sólo se trata de replicar su sistema.
- ¿Cómo vende esta persona?
- ¿Cómo se dirige al mercado?
- ¿Qué mensajes está enviando al mercado?
Pero es fundamental que mantengas tus propias ideas, tu propia personalidad y tus opiniones.
Tienes que entender que lo fundamental es seguir una estructura que ya funciona.
Esta estructura debe estar diseñada de tal forma que te garantice ciertos resultados.
Esto debe ser una fuente de inspiración.
Una vez que la estructura está diseñada, tienes que inyectar tus ideas, tu propia historia, lo que te hace distinto en el mercado, tus opiniones y tus contenidos.
Tienes que saber que no vas a triunfar de un día para otro.
Cuando eres uno más, te topas con la realidad del mercado.
En este caso, tus tarifas deberían estar alineadas con las tarifas de los demás.
Este sistema está aquí para garantizar ciertos resultados.
Pero no puedes olvidar inyectar tu propia personalidad ahí dentro.
Yo suelo decir que es más que importante entender que eres distinto en el mercado.
Es mucho más positivo enviar mensajes completamente distintos a los que hay ya en el mercado.
Siempre es mejor defender una posición opuesta a las ideas más comunes, que seguir haciéndolo como uno más.
Si de verdad vas a contracorriente, eres capaz de argumentar buenas ideas y logras hacerlo de forma natural, vas a poder aplicar tarifas premium y vender mucho más fácilmente.
Porque ser distintos significa ser polar.
¿Ser polar qué significa?
Hay pocas personas que van a conectar profundamente contigo.
Estos serán tus evangelistas.
Personas que te van a seguir toda la vida.
Pero igual que vas a tener seguidores también vas a tener trolls.
Gente que no aguanta ni tus ideas ni tu forma de hacer las cosas.
Y es lo que debes buscar.
A los emprendedores nos vale que nos quieran y que nos odien, tanto una cosa como la otra.
Pero la peor que podría pasar es que no recibamos ninguna respuesta por parte de nuestra audiencia.
La indiferencia es lo peor.
Resumiendo brevemente lo hasta ahora comentado: copiar sí.
Porque necesitas tener una estructura desde el principio.
Es muy fácil perderte cuando arrancas en esta aventura de emprender.
Y sobre todo de emprender en digital, donde existen muchos objetos brillantes que tienen la capacidad de hacer que pierdas el foco.
Busca una estructura, un modelo de negocio definido, un rumbo, una hoja de ruta, etc.
Pero a partir de ahí, esto no te exime de hacer tu trabajo.
Tu trabajo es contar quién eres, por qué haces lo que haces, cómo puedes ayudar al mercado a resolver sus problemas y por qué eres distinto.
Una de las mejores formas para hacerte distinto en el mercado es incluirte a ti en tu historia, en tus ideas, en tus opiniones.
Si lo haces de forma natural todo será más fluido y te hará ser distinto en el mercado.
No podemos copiar de forma estúpida.
¿Pero entonces qué copiamos?
Para mí la respuesta está en copiar un sistema y entender que acciones que vas a llevar a cabo, dentro de un sistema que ha demostrado funcionar, te tienen que permitir llegar a tus primeros clientes.
Y esto es exactamente lo que quieres.
Te aconsejo que durante quizás los 6 primeros meses te centres en copiar el modelo de tu mentor.
Pero de forma rápida, tienes que inyectar a este modelo tus propias ideas y tu forma de hacer las cosas.
Esto te va a permitir ir creciendo con tu propia personalidad, sin sentirte incómodo con el método.
¿Cómo hacer tu copia completamente única en el mercado?
Quiero hacerte una pregunta:
¿Cuál es el tipo de vida quieres llegar a tener?
¿Te gustaría tener la vida de un médico de familia?
Un médico de familia atiende a muchísimos pacientes cada día.
Apenas dispone diez minutos para atender a sus pacientes.
Este sería un modelo de negocio en el que pasarías a ver a muchos pacientes para ganarte la vida.
¿O sería mucho mejor tener la vida de un neurocirujano?
Un neurocirujano también es un médico, pero su especialidad es mucho más concreta.
Pueden llamarlo desde cualquier punto del mundo para hacer intervenciones.
Tiene una especialización.
Apenas tiene competencia y lo más probable es que su rutina este médico tenga como mucho un par de operaciones al día.
Y probablemente una consulta privada y un montón de charlas que dar.
¿Qué te gustaría hacer exactamente?
Debes entender algo muy importante y es que los expertos cobran bastante más dinero.
Los expertos también venden de forma mucho más sencilla que el generalista.
Es fundamental que tengas tus ideas claras y que busques un posicionamiento mucho más específico.
En internet, la gran diferencia, si lo comparas con el mundo de los negocios offline, es el número de competidores que te vas a encontrar.
Hay mucha competencia en internet.
Nos sentimos atraídos por la facilidad que tenemos a la hora de llegar a los clientes que nos ofrece el mundo digital.
Hay que asumir que el nivel de competencia es mayor.
Debes tener en cuenta que, si nuestros mensajes son genéricos, no podremos diferenciarnos.
Esto se consigue enviado un mensaje distinto.
5 palancas para especializar tu oferta en una tarde aunque en estos momentos tu posicionamiento sea el de un generalista.
Hay varias preguntas que debes tener en cuenta:
- ¿Qué debo hacer para especializarme?
- ¿Qué debería hacer para ser distinto?
- ¿Cómo podría hacer para ser mucho más eficaz?
Tienes que plantearte estas tres preguntas tanto a nivel de comunicación, como a nivel de capacidad para resolver problemas.
Google no te va a hacer caso si no estás especializado.
Cuando tu madre habla con la vecina, tu madre le dice: «Sí, mi hijo trabaja en internet».
Lo más probable es que te llegue un posible cliente que quiere que le instales algo en el ordenador.
Cuando realmente no tiene nada que ver con lo tuyo.
Esto pasa porque eres uno del montón.
Si no afinas tu propuesta de valor, la gente no entiende muy bien a qué te dedicas.
Eres consultor o trabajas en internet, pero la gente no entiende cómo puedes ayudar al mundo.
Por lo que se te suma otro problema, los leads que te llegan son de peor calidad.
Y esto impacta en tu capacidad para vender a corto plazo.
Por ejemplo si te dedicas a hacer campañas de publicidad en Facebook, cuando una persona habla de ti a otra persona, es porque también tiene interés en hacer publicidad en Facebook.
Y aquí te encuentras con un prospecto mejor cualificado.
Y esto es un problema, porque al final estés haciendo de todo un poco.
No tenemos la capacidad de hacer todo bien.
Esto es completamente incoherente.
Hay muchas formas distintas de captar clientes en internet, en estos momentos la gente prefiere ir ver al rey de cómo captar clientes con YouTube o cómo hacerlo con Instagram.
O cómo hacerlo con Facebook Ads por ejemplo.
Al final trabajas de forma personalizada para tus clientes, pero no te especializas en nada.
Es probable que hagas cosas mejor y peor que otras, pero has vendido este servicio a un cliente, lo cual hace que este cliente confíe en ti.
Pero si al final tu cliente tiene no obtiene resultados, ¿cómo te valorará?
Nunca estarán contentos con tu trabajo.
Si no especializas, tu oferta tiene un impacto negativo en tu capacidad de servicio y memorabilidad en el mercado.
Es mucho mejor posicionarte.
Si tienes un primer nivel de especialización y eres un consultor que decide únicamente hacer formación, también te especializas a nivel funcional hacia un área muy concreta.
Esto te permitirá hacer mucho más relevantes tus mensajes.
Tu cartera de clientes va a ir apoyando y reforzando la idea que eres un experto en esto.
Todo suma.
Otras formas de especializar tu oferta
Hay otras maneras de especializar tu oferta.
Diferenciarte en base al idioma:
Por ejemplo, hay mercados muy pequeños, como el catalán por ejemplo que pueden ser muy apetecibles.
Hay un factor identitario en este colectivo que hará seguramente que recibas apoyo de una parte de la población que está absolutamente convencida de que Cataluña tiene que ser un país.
Los mercados ya no son tan relevantes.
Porque en internet ya podemos llegar a todo el mundo y basta con aplicar un filtro del idioma para poder hacerlo.
Diferenciarte en base a la tecnología:
Todos los que estamos trabajando con tecnología, tenemos que crear, si o si.
Existen muchas soluciones en el mercado, que ya de por sí generan un ecosistema de clientes y de proveedores.
Elige uno y de esta forma podrás posicionarte de forma natural hacia el segmento que utiliza esa tecnología determinada.
En base al tipo de clientes que quieres acompañar:
Pueden ser pequeñas o medianas empresas, novatos, intermedios o gente más avanzada.
En base al servicio a entregar:
Otro punto importante es pensar muy bien también la especialización de lo que entregas.
Uno de los mayores retos que te vas a encontrar es tu capacidad de entregar proyectos de forma rápida con un nivel de rentabilidad alta.
Piensa en tomar decisiones para poder diferenciarte en el mercado.
No te agobies, no es muy complicado.
Sé que esto genera bastantes miedos, porque tenemos la impresión de reducir nuestro mercado.
Pero piensa que te estás haciendo mucho más relevante en este nicho de mercado.
De esta forma te darás cuenta de que vas a captar clientes de manera mucho más fácil.
Ten en cuenta que eres un pequeño negocio y que tú, con tres o cinco clientes ya puedes despegar.
Lo más importante es que seas visible y memorable en el mercado.
Únicamente lograrás esto si especializas tu propuesta.
No cambies tu oferta si funciona.
Una vez que ya has elegido tu nicho de mercado y ves que la oferta funciona, te recomiendo que no la cambies.
La oferta de servicios e infoproductos la podrás incrementar más adelante, pero al principio no necesitas absolutamente nada.
Sólo necesitas una solución y un nicho de mercado para poder alcanzar cinco o seis cifras al mes.
Aquí tienes trabajo para tres o cinco años.
El objetivo es que consigas entender mejor que nadie las necesidades de tu nicho de mercado.
Es fundamental que hables mucho con tus posibles clientes, pero necesitas escucharlos de verdad.
Entonces es cuando serás capaz de generar resultados reales para estos clientes.
Si consigues esto, vas a poder escalar muy rápido.
La gente cree que tiene que crear más productos y servicios para seguir vendiendo y no es así.
Lo único que tienes que hacer una vez que has creado un producto que funciona es aprender a venderlo.
No hay más.
La curiosa clave para conseguir clientes y por qué tu ego y tus deseos son tus peores enemigos.
Debes entender que tu ego debe morir.
En un negocio la gente tiene problemas y tú tienes la obligación de dirigirte hacia sus problemas.
Ellos tienen que entender que puedes ayudarles con sus problemas.
Sabes ya qué debes hacer, ¿verdad?
Tienes que centrarte mejor en entender mejor la psicología de tus clientes.
Céntrate en sus miedos, sus deseos, sus frustraciones y sobre todo sus objetivos.
Céntrate en aportar respuesta y en ofrecer una solución que les permita avanzar en el propósito que se han marcado.
Aporta valor.
Cuando hablas con un posible cliente, no puedes centrarte sólo en describir las características de tu solución, o conseguirás que se aburra.
Siempre tienes que hablar de los beneficios de tu solución.
Los beneficios son el resultado de utilizar el producto que vendes.
Por ponerte un ejemplo, nadie quiere comprar una pizarra blanca.
Pero en cambio si hablas con personas que venden infoproductos, y saben que tienen que producir contenidos superiores, aquí podrías desarrollar tu estrategia de comunicación hacía lo que ellos desean.
Puedes explicar cómo la pizarra es una herramienta que puede ayudarles en este propósito.
Va a ser mucho más fácil vender algo relacionado con lo que necesitan tus clientes, en vez de centrarte el mensaje sobre qué características tiene la pizarra.
Tienes que centrar tu mensaje en explicar cómo pueden, crear contenidos superiores, que al fin y al cabo es el objetivo que quieren conseguir estas personas y así te será mucho más fácil vender este tipo de solución.
Debes tener muy claro que todos vendemos un resultado.
Un dentista no limpia dientes, un dentista vende sonrisas bonitas.
Como un entrenador personal, él salud además de un cuerpo de diseño de los que podemos presumir en la playa, etc.
Todos los profesionales vendemos una transformación y debemos tenerlo claro.
Lo que tienes que hacer es explicar al mundo cómo puedes ayudar a tus posibles clientes a llegar la meta que ellos se han marcado.
Explícales cómo puedes acelerar sus resultados o como puedes liberarles con menos riesgo.
Debes tener muy claro a quién te diriges.
A qué tipo de persona estás vendiendo.
Así podrás entender mejor que nadie sus deseos, sus frustraciones, sus problemas actuales y sus necesidades.
Si haces esto vas conociendo su forma de pensar y su psicología, anticipando sus objeciones y sus expectativas.
Así te será mucho más fácil vender.
Con lo cual no se tratará de lo que estás haciendo, se trata de ellos y de cómo puedes ayudarles.
¿Cómo vencer tu miedo al cambio / resistencia a cambiar fulminando en el acto al impostor que todos llevamos dentro?
El síndrome del impostor, este es un tema que no solo le ocurre a los novatos.
Nos pasa a todos.
A medida que vamos avanzando y nos vamos encontrando con retos más difíciles, siempre nos sentimos impostores.
Este es un tema muy interesante que va enlazado con la incapacidad crónica en el ser humano.
La de valorar su aporte al mundo de forma justa.
Todos infravaloramos nuestro aporte en el mercado.
Infravaloramos el valor añadido que podemos aportar al mundo.
Primero, compartiendo nuestros contenidos con el mercado.
Y luego, con cada cliente, cuando les ayudamos a resolver un problema en concreto.
Yo suelo decirles a mis alumnos que pueden aplicar el factor pi.
¿Qué es el factor pi?
Este es un sistema que siempre recomiendo utilizar cuando tienes un nuevo infoproducto o servicio y piensas en ponerle precio.
Por ejemplo, quizás decides ponerle un precio de 1.000 euros.
De primeras, ya te garantizo que lo que acabas de diseñar no debería valer esos 1.000 euros.
El precio de tus servicios o infoproducto debería tener un valor de 1.000 multiplicado por el número pi, que es 3,14.
Con lo cual, en vez de vender a 1.000 euros de forma natural, podrías vender a 3.000 euros.
Con esto ya estarías mucho más cerca del valor que estás creando en el mercado, que no es el precio que tú le has puesto.
Todos tendemos a infravalorar lo que aportamos en el mercado.
Este tema es muy interesante porque tiene que ver con el miedo.
Puedes tomar la decisión de seguir a tus peores demonios o no.
Puedes decidir dejarte ganar por el miedo: y en este caso, entrarías en el mercado con tarifas súper bajas, por ejemplo, a 100 euros o 200 euros.
Ahí de nuevo te estarías dejando llevar por el impostor que llevas dentro y aplicas tarifas baratas.
Después te va a costar literalmente tres años de vida, conseguir subir poco a poco tus precios hacia el valor que realmente tiene tu servicio.
Vender algo a 50 euros que venderlo a 500 euros es igual de complicado. Y casi igual de complicado vender algo a 1000 euros que venderlo a 3000 euros.
Con lo cual, no creas que por tener un precio bajo te va a ser más fácil vender.
Porque en la mayoría de los casos no es así.
Realmente lo que tienes que hacer es dejar de lado al miedo.
Porque en el momento en que lanzas una solución, realmente le estás poniendo precio al miedo.
Si consigues un cliente que te paga 1.000 euros el miedo habrá desaparecido y jamás volverás a vender por debajo de este precio.
La primera venta y el precio que vas a aplicar a tu solución es la base sobre la que vas a construir tu negocio del futuro.
Este es un modelo en el que puedes atender mucho mejor a tus clientes, y así de forma natural consiguirás mejores resultados para tus clientes.
¿Qué puedes hacer para callar el impostor que tenemos dentro?
Hay muchas cosas que puedes hacer.
La primera de ellas, es dejar de mirar a los súper expertos del mundo.
Ya sean americanos o de tu mismo mercado.
Porque te estás comparando con personas que quizás empezaron su andadura emprendedora hace 20 o 30 años.
De esta forma no eres realista.
Estás comparando una pera con una manzana y esto no puede ser.
Las comparaciones son odiosas.
Si haces esto te vas a sentir mal, no lo hagas.
Todos tenemos mentores, yo por ejemplo tengo un mentor en EEUU.
Es una persona que factura mucho más que yo.
También es más joven que yo, pero ha logrado cosas mucho más grandes que yo.
Aprendo muchísimo de él.
Pero aprendiendo desde el lado satisfactorio de enseñar y de recibir conocimientos, no desde el punto de vista de la envidia.
Otra de las cosas que quiero que hagas es que entiendas que solo tienes que encontrar personas que sepan menos que tú.
Y esto es muy importante, porque esto es como correr una carrera popular o un maratón.
Verás por delante un montón de personas, pero si te das la vuelta, a lo mejor tienes tres o cinco mil personas detrás de ti.
Que van más despacio que tú.
Y con este colectivo o un grupo ya es más que suficiente para desarrollar tu actividad.
Sobre todo al principio; en el 98% de cualquier mercado hay novatos que ni siquiera han leído un libro sobre su temática.
Tú llevas la ventaja de haber leído al menos libros sobre tu temática, te formas con cursos y con expertos.
Ya trabajas con clientes y estás avanzando con ellos.
La mejor forma de aprender una cosa es enseñando a otros.
Con lo cual, este es tu momento de hacerlo.
Vamos a poner un ejemplo, piensa en una joven promesa del golf.
Un chico de 20 años, que está haciendo un circuito europeo.
Después del primer año fracasa con hacerse un hueco en el circuito.
No ha conseguido los resultados que esperaba y no puede dar el salto que esperaba para triunfar en el mundo del golf.
Este chico ya lleva un tiempo trabajando en campos de golf y tiene varios contactos.
Se convierte en coach.
Tiene un target muy claro de personas que están comenzando y que además son super ricos.
Este chico ya factura entre cinco y seis cifras al año.
Es la misma persona, con el mismo nivel de habilidades, pero ha cambiado su target.
Otro ejemplo: un chaval que estudia en la universidad y suspende una y otra vez todas las pruebas de inglés.
Un día, esta persona por circunstancias llega a China, y se observa que hay un mercado importante de gente que quiere aprender el inglés.
Monta un negocio para enseñar inglés a chinos, y consigue forrarse con esta idea.
Recuerda, las mismas capacidades, las mismas habilidades; lo único que ha hecho es cambiar el mercado y con él, su target y su grupo objetivo.
La respuesta a tu problema es hacer lo mismo.
Tú no tienes que salir de zona para hacer esto.
En digital podemos hacerlo sin problemas.
Tienes que darle la vuelta a todo y buscar a los novatos.
Tienes que empezar a ofrecer lo que ya tienes a estas personas, porque no necesitas aprender nada más.
Ya puedes monetizar tus conocimientos.
Por poco que busques a personas, las encontrarás detrás de ti en el camino que tú ya estás recorriendo desde hace tiempo.
Recuerda que el miedo no existe, es una percepción.
El problema no es el dinero siempre.
Vamos a imaginar a una persona con quien estoy hablando para venderle un servicio en 2.000 euros y esta persona me dice: «no, es demasiado caro».
Pero resulta que esta persona tiene una hipoteca y paga unos 1.500 euros de hipoteca al mes, se acaba de comprar el último modelo BMW y además está puesto a la última moda en los productos de Apple, etc.
Como puedes ver, no es que esta persona no tenga el dinero.
Esto quiere decir que esta persona no ha visto el valor que había en tu propuesta y esto es simplemente una cuestión de prioridades.
Los precios nunca van a ser el problema, puedes vender lo que sea, a quién sea, al precio que sea.
¿Cuánto cuesta un bolso?
Esto dependerá si es un bolso de Louis Vuitton o no o si es un bolso de los chinos que puedes encontrar en un bazar todo a un euro.
¿Cuánto vale un coche?
Más o menos lo mismo.
¿Cuánto vale un servicio de consultoría?
Desde 500 euros a 50.000 euros.
El precio es irrelevante.
Lo que sí es relevante es el valor percibido por tus clientes potenciales.
El valor percibido, son dos cosas:
La promesa que estás haciendo: y esto tiene que ser súper atractivo para ellos, porque si no se visualizan en una situación de futuro mucho mejor que lo que es su situación actual, probablemente no van a decidir actuar para cambiar su vida.
Tu propia capacidad de convencer, ser capaz de generar resultados con la promesa que estás haciendo. Y esto se basa en tu autoridad, tu capacidad en temas sociales y tu capacidad de ir generando resultados en el mercado año tras año.
Tienes que aportar valor y encontrar personas que perciban el valor que estás ofreciendo.
De tal forma que sean ellos los que tomen la decisión de adquirir de manera natural tu producto o servicio.
No pienses más que el precio es un problema para vender.
Cuando crees que poniendo precios más bajos vas a vender más, te pasa exactamente lo contrario, haces dudar sobre tus servicios a tus posibles clientes.
Entiende que tu impostor vive de tus miedos.
Tienes que buscar clientes potenciales que sepan menos que tú sobre este asunto.
De tal forma que tú les puedes acompañar en la solución del problema. No te preocupes por tus precios, obsesionate en tu capacidad de generar resultados para tus clientes.
Y si no tienes ni idea de qué tipo de nicho de mercado podías elegir para arrancar, déjame darte una idea, estamos en el momento de la trasformación digital.
De las personas y de los negocios, con lo cual, cualquier actividad relacionada con aliviar la complejidad tecnológica para tus clientes, en los procesos de ventas, en los procesos de entrega o en los procesos de gestión.
Qué haría yo para empezar a vender cuando nunca he vendido una solución.
Lo primero que haría es: especializar mi oferta y tratar de buscar por lo menos a 5 clientes para ofrecerles mis servicios.
La idea es darles algo que sea de valor a cambio de un testimonio.
Trabajaría gratis para cinco clientes y así podría conseguir cinco testimonios potentes y ya tendría preparado el servicio de continuidad.
Después de este aperitivo de dos semanas que les vas a dar a estos clientes, debes intentar venderles, una vez que ya te han visto trabajar y que están convencidos de que puedes conseguir resultados para ellos.
Si trabajas con un servicio de publicidad de Facebook Ads, en este caso trabajaría dos semanas gratis demostrando que tengo capacidad de generar leads y clientes para ellos.
Y justo después le plantaría mi tarifa es de 500 euros al mes y hay que pagar mes a mes, pero con un compromiso mínimo de seis meses.
Sería una forma fácil de hacerlo.
Luego lo que haría para captar los diez siguientes clientes.
Siguiente fase: sería poner un precio que sea el precio ideal que quisiera tener para mis servicios.
Por ejemplo, de nuevo, volviendo a este ejemplo de los servicios de Facebook Ads, a mí me gustaría a medio plazo cobrar 1.500 al mes.
Entonces pondría este precio, lo tacharía y lo vendería con un descuento del 50%, 750 euros al mes por ejemplo.
Oferta de lanzamiento para los 10 primeros clientes.
Y ahí ya te sentirías cómodo para vender a este precio, mientras aprendes y afinas el método de entrega.
Obsesionate con que estos diez clientes consigan resultados y después quita el descuento.
De esta forma, llevarías tres o seis meses comunicando al mercado con el precio final de 1.500 al mes.
Tienes que tener claro que tienes que afrontar la situación real y no dejarte vencer por el impostor que llevas dentro.
Porque si aplicas tarifas demasiadas pequeñas, te metes en un camino del que te será muy complicado salir con vida.
Así que tengo una pregunta para ti, ¿vas a dejarte vencer por el impostor que todos le llevamos dentro o le vas a callar la boca?
Yo lo tengo claro.