Gestionar el talento humano de una empresa en el siglo XXI es mucho más que realizar contrataciones, gestionar las bajas y confeccionar nóminas.
No en vano, en las empresas donde la gestión del talento es uno de los ejes estratégicos ya no se habla solo de recursos humanos, sino de captar y retener el talento, de desarrollar el llamado employer branding.
¿Y en qué consiste todo esto?
Se trata de desarrollar procesos, estrategias y acciones para crear equipos cualificados, comprometidos con la empresa e involucrados con sus objetivos.
Te hablo de talento humano.
Una cuestión que va más allá de contratar y gestionar personal.
¿Qué es el talento humano?
El talento humano es la capacidad de realizar acciones o tareas como consecuencia de las aptitudes y habilidades propias y las capacidades adquiridas fruto de los conocimientos y de la experiencia.
El talento hace que esas personas tengan la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y de fluir con ellas.
Parejos al concepto de talento podemos situar otros como la creatividad, la adaptación, la mentalidad, la actitud y los conocimientos.
Así, en el marco profesional, el talento humano influye en la productividad y rendimiento de las organizaciones.
En un mundo cambiante como el que vivimos, atraer y gestionar el talento es una de las tareas imprescindibles para las empresas:
- captar a los profesionales más talentosos
- motivarlos para que su aportación a la empresa sea positiva
- y retenerlos, haciendo que esa motivación sea constante
¿Qué es la gestión del talento humano?
La gestión del talento humano se basa en el desarrollo de estrategias y técnicas por parte de la empresa, a través de su departamento de Recursos Humanos, enfocadas a aprovechar el capital humano.
Estas estrategias se centran en atraer, desarrollar, motivar y retener a los trabajadores productivos y comprometidos con la marca.
Se trata de que el negocio mejore sus resultados con la colaboración y aportación de cada uno de sus miembros y lograr cumplir los objetivos de la empresa, sin descuidar el desarrollo profesional de las personas que la forman.
El mundo ha cambiado y lo relativo a los aspectos profesionales también: la producción ya no es cómo en generaciones anteriores, los sistemas tampoco y las formas de trabajar menos.
Hace décadas se valoraban los títulos académicos y la experiencia laboral de los candidatos que optaban a un puesto.
Hoy, la titulitis se va dejando a un lado y ya no importa tanto la evaluación académica, sino que se valora a los candidatos en función de su capacidad para asumir tareas, de aportar, de involucrarse y de adquirir responsabilidades.
Todo ello fundamentado en la implicación con la empresa, en su motivación.
Importancia de la gestión del talento humano
La gestión del talento humano en una empresa capacita a los empleados, mide y administra su desempeño y, muy importante, les apoya e implica para que estas personas se desarrollen a nivel profesional y se sientan implicadas en la empresa.
Esta implicación genera motivación y así redunda en que estos profesionales sienten los objetivos empresariales como suyos.
Gestionar el talento humano en las empresas se ha convertido en algo fundamental y estratégico. Y genera numerosas ventajas:
- Se reduce la brecha entre las competencias requeridas por la organización y las que disponen los empleados.
- La mejora en términos de eficacia y eficiencia es continua.
- Se asienta una cultura de empresa y mejora el clima laboral.
- Se fomenta la implicación en la consecución de los objetivos marcados.
- El nivel de satisfacción laboral de los empleados es mayor.
- Disminuye la rotación de personal.
- Aumenta la retención de talento.
Y es que gestionar el talento humano en una organización no se trata solo de contratar personal para que desarrollen determinadas actividades y tareas.
Es algo mucho más complejo y estratégico que busca que los empleados desarrollen las tareas hoy y, sobre todo, que sean capaces de hacerlo en un futuro.
Por lo tanto, requiere de un plan estratégico y de una serie de procesos.
Veamos cómo discurren estos.
Proceso de gestión del talento humano
El proceso de gestión del talento humano en cualquier empresa requiere de unas fases.
Definir roles en la empresa
Como en cualquier otro ámbito de la gestión de una organización, es importante que el área de recursos humanos desarrolle una estrategia.
Esta estrategia marcará los objetivos en el ámbito del capital humano, para así detectar necesidades y obrar en consecuencia. Y para ello es necesario definir los roles dentro de la empresa y qué funciones y tareas asumirá cada uno de ellos.
Los roles deberán reflejarse en el documento de planificación del área, así como las acciones a realizar a corto y a largo plazo.
Sin la concreción de roles difícilmente podrán gestionar cómo atraer el talento y fomentar la capacitación a nivel interno.
Captar talento
Captar talento es una acción sensible y de suma importancia. El reclutamiento es uno de los procesos clave en la gestión del talento humano.
La capacidad de una empresa para atraer talento condiciona el éxito o fracaso de este proceso.
Y realizar un proceso de selección de personal de forma satisfactoria requiere pensamiento estratégico, una buena definición de la oferta y tiempo.
Formar al talento humano
Otra de las bases de la gestión del talento humano es facilitar la mejora y crecimiento profesional de los empleados. Y para ello es necesario desarrollar un plan de formación continua.
Así, todos los empleados de la organización tendrán oportunidades para mejorar, actualizar o ampliar sus conocimientos y habilidades.
Los procesos de formación que se deben desarrollar en las organizaciones tienen que partir de un estudio previo de necesidades y objetivos y una planificación para su ejecución.
Potenciar el talento interno
Atraer talento es una forma de poder incorporar nuevas habilidades a la empresa.
A veces, no hay que salir a buscar fuera de la empresa a buscar talento, sino que se trata de potenciar el valor que ya existe dentro y promocionar a esas personas.
Se retiene de esa forma a las personas que ya cuentan con las competencias necesarias y, además, se las motiva, con lo que las ventajas son varias.
Ser capaces de detectar y potenciar el talento interno precisa medir en base a diferentes parámetros, como productividad, resolución en diversos campos, formación, etc.
Retener el talento
Un aspecto no menos importante que el resto es el de la retención del talento.
La empresa debe generar formas de conseguir retener el talento porque es beneficioso a todos los niveles:
- Se trata de personas que ya conocen la empresa
- Están habituados a hacer el trabajo y formados
- La empresa ya ha invertido dinero y tiempo en ellos
Por el contrario, dejar escapar el talento puede generar un coste a la empresa desde diferentes aspectos:
- Inversión de tiempo y dinero para captar y formar a otros profesionales
- El plazo que necesitarán los nuevos trabajadores para conseguir el mismo nivel de productividad que sus predecesores
- El tiempo que otros profesionales de la empresa deberán emplear para formar y ayudar a los nuevos miembros
- El grado de incertidumbre que genera entre los demás trabajadores la pérdida de un empleado cualificado o veterano
Y es que hay que comprender el valor que tiene para la empresa la retención del talento. Un profesional motivado y cualificado es más productivo y, por lo tanto, genera un mayor beneficio para la empresa.
Está demostrado que un trabajador que considere que en su empresa tiene posibilidades de ascenso difícilmente decidirá irse.
Es vital que la empresa desarrolle incentivos para ellos.
Como ves, se trata de implicar a los empleados de la empresa para que sientan que forman parte de ella y comparten la visión de la misma y la hagan suya.
Es mucho más que llegar al trabajo, fichar, cumplir un horario y marcharse.
Se intenta conseguir el compromiso de los profesionales que forman la empresa. Pero ese compromiso debe ser bilateral.
La empresa debe desarrollar procesos que faciliten que los empleados pueden crecer dentro de la organización, satisfacer sus necesidades profesionales y vitales e incentivarlos para mantener ese compromiso.
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