Llega un momento en la vida de todo emprendedor digital que no puede (ni debe) trabajar solo.
Formar equipo es uno de los hitos estratégicos para su negocio. Supone ampliar las miras, seguir comprometiéndose con uno mismo y afianzar el negocio de una forma estratégica.
Dejar de trabajar solo y contar con más personas en el proyecto supone que vas a tener que compartir el núcleo del negocio que has montado, aprender a delegar y confiar y, sobre todo, liderar. Esta será tu función primordial a partir de ahora.
Te convertirás en el director de orquesta que dirige a las demás personas, el que marca las líneas estratégicas.
Tu labor será la de revisar continuamente que el negocio cumpla con los objetivos marcados y deberás, además, establecer nuevas metas para poder seguir creciendo.
Este paso es un paso de gigante para un emprendedor digital como tú. Y da vértigo, lo sé.
Analicemos lo que implica trabajar en equipo y cómo lo puedes abordar para que no se te vaya de las manos.
¿Qué implica trabajar en equipo?
Trabajar en equipo tiene muchas ventajas y sobre todo supone que dejarás de ser un hombre orquesta, dedicándose a todos los aspectos, para convertirte en el director de la banda.
Y, como en una orquesta, cada uno de sus miembros tiene una función y responsabilidad específicas. Todos tienen que confiar en sí mismos y en el prójimo y trabajar en la misma línea. Si uno se desvía, el plan no saldrá como estaba previsto y todos fracasarán. El equipo fracasará y con él, el negocio.
Por lo tanto, es indispensable la labor del director: es quien marca la ruta a seguir y vela para que nadie se desvíe. Y, si lo hace, tendrá que poner en marcha los mecanismos para encauzar de nuevo la senda.
A su vez, deberá ir un paso por delante de los demás y trazar un plan, continuar diseñando la ruta para poder seguir dando pasos y no pararse
Y todo esto, consiguiendo a la vez que cada uno de los miembros de ese equipo se sienta integrado y parte del mismo, se implique. Porque sin implicación, difícilmente habrá resultados positivos.
Como todo en los negocios y en la vida, trabajar en equipo tiene numerosas ventajas, pero también desventajas.
Ventajas de trabajar en equipo
Un equipo de trabajo es un grupo de personas que se unen para realizar unas tareas específicas bajo unos objetivos comunes.
El trabajo en equipo aumenta de manera considerable la calidad del trabajo. Tanto para sus miembros, como desde la perspectiva del negocio en sí.
Enumero las ventajas de trabajar en equipo:
- Las personas que forman el equipo se involucran e implican en los procesos para conseguir cumplir unos objetivos comunes.
- Aumenta el compromiso de los miembros del equipo.
- Mayores posibilidades para generar mejores ideas y tomar buenas decisiones.
- La información y conocimiento compartido redunda en un beneficio común y aprendizaje.
- El flujo de comunicación es constante y fluye además en todas direcciones.
- Ofrece posibilidades para mostrar las fortalezas individuales de sus miembros.
- Incrementa la productividad porque cada uno de los miembros se puede centrar en su área de expertise específica.
- Se desarrollan relaciones interpersonales.
- Aumenta el nivel de comprensión y entendimiento hacia las opiniones y perspectivas de los miembros del equipo.
- Los vínculos entre los miembros del equipo empoderan a sus miembros y ofrecen seguridad a las personas más inseguras del grupo.
- Implementar nuevas ideas es un proceso más sencillo.
Tu reto será mantener unido este engranaje de miembros, funciones, capacidades y tareas para que todo funcione.
Desventajas de trabajar en equipo
Visto así, parece que todos son beneficios. Y, sin duda, si decides formar un equipo de trabajo debe ser por tu bien y el de tu negocio.
Pero debes ser también consciente de que trabajar en equipo puede tener desventajas.
- Pérdida de individualidad. Es importante trabajar por el bien del equipo, pero precisamente liderar se basa en respetar la creatividad y aptitudes de sus miembros.
- Todas las personas no son capaces de trabajar en equipo. Como te he dicho, el nivel de implicación y tolerancia necesarios a veces no se cumplen.
- Falta de planificación y organización. Este punto es básico: como no esté bien establecido el plan y las tareas específicas de cada uno de los miembros, se corre el riesgo de caer en el caos.
- Riesgo de falta de comunicación. Y, como consecuencia, discusiones y problemas mal gestionados.
- Decisiones sin tener en cuenta al equipo. Tú tienes que liderar el equipo y tú mandas; para eso es tu negocio. Pero ten en cuenta que un buen líder también sabe escuchar. En este aspecto, si tienes perfiles especializados en tu equipo es para que también aporten y te asesoren. Que decidas tú no quiere decir que no debas escuchar los argumentos de unos y otros antes.
- Choque de personalidades entre los miembros del grupo.
- Falta de coordinación. En este aspecto tu papel será determinante. Ejerce de líder.
- A veces, tiempos más largos para la toma de decisiones.
- Problemas en lo relativo a las relaciones interpersonales. Somos personas; cada una con sus características y problemas propios. y a veces somos difíciles. Cuidado con esto: una mala relación entre miembros de un equipo puede sabotear el trabajo conjunto y generar crisis.
Si esto se supera, replantéate si construir un equipo o no. En caso afirmativo, sigue leyendo.
Pasos para formar un equipo de trabajo
Como ves, no es siempre fácil trabajar en equipo. Pero bien planificado, coordinado y liderado, no deberían surgir problemas.
Los miembros que componen ese equipo, las personas, serán claves. Pero hay otros tres factores igual de importantes en este aspecto: la cultura empresarial, el liderazgo y las retribuciones que reciben los miembros del equipo.
Para determinar si un grupo de personas puede trabajar en equipo, se analizan factores de dos tipos, los estructurales y los dinámicos. Los primeros afectan al negocio y la forma de trabajar; los segundos, a las personas que forman los equipos.
¿Cómo conseguir el equilibrio perfecto para que ambos converjan y el trabajo en equipo funcione?
La cultura de empresa, empieza por ti mismo
Un negocio digital es un modelo de gestión moderno e innovador en sí mismo. Por lo tanto, si quieres que el equipo de trabajo funcione, la forma de gestionarlo también se tiene que adaptar a estas características.
El trabajo en equipo no podrá funcionar en modelos muy verticales, de formato tradicional, en los que una cabeza o dirección visible manda y ordena y las personas que están por debajo solo se pueden limitar a acatar.
Con un modelo de gestión de este tipo difícilmente conseguirás que los miembros del equipo se impliquen y compartan sus valores hasta el final.
Si quieres transmitir una forma diferente de trabajar, tienes que empezar por cómo organizas tu propio negocio.
El sistema retributivo para los miembros del equipo
Este suele ser un aspecto que suele costar gestionar. ¿Cómo establecer cuánto pagar a cada miembro del equipo y en base a qué criterios?
Analiza si en tu negocio se pueden establecer tarifas por tipos de tareas, equiparar los diferentes tipos de funciones y tareas entre las áreas que conforman la actividad de tu negocio o la valoración salarial se puede equiparar de diferente forma.
Y, por otro lado, valora también la retribución en términos de cifras. Si pagas poco, poco podrás exigir. No pretendas que las personas de tu equipo se comprometan contigo, con tu negocio, con el resto de los miembros y con los objetivos si a cambio no reciben una justa recompensa.
Ten en cuenta que el dinero es una buena motivación.
La organización interna
De nuevo fijándonos en el sistema de organización tradicional, la organización interna de ese tipo de empresas se estructuraba en base a categorías, jerarquías y grandes diferencias entre perfiles y niveles de puestos de trabajo.
Esto no funciona si lo que quieres es formar un equipo de trabajo unido.
Por supuesto que debe de haber asignación de tareas y funciones entre sus miembros. Pero, más que una organización vertical, una vez más destaco que ésta debe ser horizontal: cada miembro es responsable de su área, de los aspectos de su especialización y de sus propias tareas.
El entorno y la metodología de trabajo
Este aspecto es básico en el caso de los negocios digitales. Con el equipo separado físicamente y deslocalizado, sin un entorno físico al que acudir a diario, puede ser complicado transmitir y hacer sentir a los miembros del equipo que son parte del mismo.
Afortunadamente, la tecnología nos ofrece recursos para que aproveches en beneficio de la fluidez de la comunicación. La comunicación constante será la clave para que los profesionales que forman tu equipo se consideren precisamente eso, un equipo.
Tecnología y medios compartidos
Relacionado con el punto anterior, es muy importante que el equipo cuente con medios y canales en los que poder compartir. Desde conversaciones hasta documentos y materiales.
Incluso el desarrollo y creación de esos materiales debe ser compartido y en colaboración.
Una visión clara
Aquí entramos en los aspectos dinámicos de la forma de trabajar, los que tienen que ver con las personas, los miembros que forman los equipos de trabajo.
Estas personas tienen que tener una visión compartida del negocio para poder trabajar alineados y conseguir cumplir unos objetivos comunes.
Tu trabajo como líder será crear esa visión en la que has basado tu negocio digital y, sobre todo, compartirla con las personas que forman el equipo.
De nada sirve tenerlo claro en tu cabeza si no se lo transmites al resto del equipo y buscas la forma de que lo interioricen y lo vivan en primera persona.
Conoce la visión personal de cada miembro
Tienes la base, la visión compartida. Con ella, cada uno de los miembros tendrá también la suya propia. Los objetivos personales variarán de unas personas a otras, pero inciden en la consecución de los objetivos globales y compartidos.
Tu obligación es conocerla para poder sacar lo mejor de cada una de las personas y aprovechar su potencial.
Forma un equipo con roles equilibrados
Antes de construir un equipo de personas que vayan a trabajar en equipo, debes analizar qué roles concretos necesitas cubrir y qué competencias deben tener cada uno de los profesionales.
Así podrás cubrir todas las necesidades y equilibrar las diferentes capacidades de los miembros.
Cómo formar un equipo de trabajo
Hasta aquí los aspectos más teóricos de la cuestión. Pero seguro que la gran pregunta que te surge es cómo puedes formar tú, con tu negocio y sus circunstancias, un equipo de trabajo que funcione bien, una orquesta que vaya al unísono.
¿Es posible? ¡Por supuesto!
Vayamos por pasos. Aquí te ofrezco una serie de consejos para que formes el equipo que te haga triunfar con tu negocio.
Delega
A veces este aspecto cuesta mucho. Tu negocio es tu tesoro, lo sé. Ese gran proyecto en el que has invertido tanto y que se ha convertido en un modo y objetivo vital.
Si decides formar un equipo es precisamente para dejar de abarcar tú todas las tareas y funciones y dejarlas en manos de otros.
Tienes que aprender a delegar. A repartir funciones y dejar que el equipo muestre sus habilidades y destrezas para conseguir llegar a cumplir los objetivos marcados.
Si no vas a delegar y piensas que nadie como tú va a poder realizar las tareas, ahorra tiempo y no te molestes en formar un equipo. Saldrá mal.
Ten en cuenta las ideas y opiniones
Si has elegido a personas concretas para desarrollar roles concretos es porque consideras que son especialistas en esas áreas, ¿verdad?
Por lo tanto, escúchalas y deja que aporten ideas. Si lo hacen es que se sienten implicadas. Además, ten en cuenta que, posiblemente, sabrán mucho más que tú de esos aspectos sobre los que hablan.
Fomenta la comunicación y el trabajo en equipo
Como ya te he apuntado antes, debes ofrecer canales y medios para que los miembros puedan colaborar y comunicarse entre sí. Esto no va de que cada uno trabaje a su aire de forma autónoma e individual.
El hecho de estar separados físicamente no supone que no se puedan establecer otras vías de colaboración.
Comunícate con tu equipo
Más allá de asignar tareas, debes comunicarte con tu equipo de forma constante y en diferentes sentidos: debes preguntar y observar cómo se sienten y reaccionan respecto a su trabajo.
Que en un momento determinado no se sientan cómodos no quiere decir que no sirvan para el trabajo; pueden estar pasando por una situación personal que les influye. O que no se sientan cómodos realizando una tarea determinada, pero que se pueda cambiar con otra persona. O incluso que tengan una determinada habilidad que debes descubrir…
Si no te comunicas con ellos y no preguntas no lo sabrás.
No olvides que trabajas con personas
No somos máquinas. Y más allá de cifras y números, las personas tenemos unas circunstancias que, en momentos determinados, pueden influir en cómo desarrollamos nuestro trabajo.
Hay que tener cierta cintura y ser flexible. Por supuesto que los objetivos están para cumplirlos, pero es necesario que el líder cuente con cierto margen.
Aquí es determinante también la planificación y la organización: no se puede llevar al equipo a 100 todos los días del año.
Si tu negocio se basa en lanzamientos, por ejemplo, es normal que les pidas lo máximo en esos momentos. Pero, a cambio, en otros tendrás que ser más flexible y entender que es necesario bajar un poco el nivel de presión y ritmo.
Transmite confianza
Los miembros de tu equipo te tienen como su referente en el trabajo. Transmite confianza para que puedan acercarse a ti cuando necesiten y contarte cómo se sienten o pedir consejo.
Un líder que no acompaña y apoya no es un buen líder.
Haz que tu equipo crezca
Y no me refiero al número de miembros, sino a ofrecer a cada uno de ellos oportunidades y vías para crecer, para seguir formándose y desarrollar su actividad.
Ellos se sentirán más valorados y más motivados, tendrán más confianza y seguridad en cómo desarrollan el trabajo y todo redundará en una mejora para tu negocio: se hará mejor trabajo, de más calidad y tú podrás confiar en ellos.
Reconoce los logros
Cuando las cosas van bien y se consiguen logros, hay que transmitirlo, reconocerlo y felicitar al equipo.
Un equipo valorado trabaja más motivado, dará todo cuando sea necesario y aportará más al negocio.
Estas son las claves para liderar tu negocio. Como ves, exige de ti que prestes atención a numerosos factores. Y la base es la confianza en tu equipo.
El miedo a contratar y cómo superarlo
Hay cuatro preguntas que se hacen todos los emprendedores cuando llega el momento de crecer y que dan rienda suelta a ese miedo a contratar. Afortunadamente, tienen respuesta:
1. ¿Cómo impactará en mi trabajo contratar a alguien?
Después de haber pasado mucho tiempo trabajando solo, sin tener que rendir cuentas a nadie, te preocupa la llegada de una nueva persona que te exija estar pendiente de ella.
Crees que, al final, vas a tener que hacer tu trabajo y sumar todavía unas horas extra dedicadas a ese nuevo colaborador. Piensas que tu lifestyle va a ser aún peor…
El problema vuelve a ser el mismo: tienes miedo. Y la incertidumbre te paraliza.
¿Qué debes hacer para superar esta barrera?
- Define bien el puesto que necesitas que cubra el nuevo miembro del equipo.
- Contrata a una persona que esté preparada desde el primer momento para desempeñar ese trabajo.
- Haz un proceso de onboarding del puesto al nuevo colaborador. Tómate ese tiempo de “formación” como una inversión.
- Pasa unos días a su lado para que conozca a fondo la empresa. Esto le permitirá empezar a liberarte de trabajo enseguida.
- Pon el foco en cómo incrementa el valor de tu empresa ahora que cuentas con más recursos.
2. ¿Será un buen trabajador?
Otro de los miedos más recurrentes de contratar un empleado es que el nuevo colaborador te salga rana. ¿Qué pasa si después de todo tu esfuerzo contratas a alguien que no es el adecuado para el puesto?
Seguramente tendrás que lidiar con la frustración, pero más allá de eso puedes estar tranquilo.
La decisión de contratar no es irreversible, aunque ahora lo creas así.
Si te has equivocado, siempre puedes dar marcha atrás.
Esto es lo que debes hacer para superar tu miedo:
- Haz un buen proceso de selección, sin prisas. Contrata solo si crees que el candidato merece la pena.
- Busca a gente proactiva y que sea todavía mejor tú.
- Asegúrate de que el empleado no solo tiene las habilidades laborales necesarias para el puesto, sino que también entiende y acepta tu cultura de empresa (por ejemplo, el trabajo en remoto, los objetivos, tus valores, etc.).
- Si descubres que te has equivocado, despide o reubica a la persona cuanto antes.
3. ¿Disminuirá la calidad?
Te asusta dejar de tenerlo todo bajo tu control, disminuir la calidad de tus productos o servicios y acabar perdiendo clientes.
La realidad es que, si sigues tratando de crecer sobrepasado como hasta ahora, la calidad también se resentirá y es probable que acabes dejando descontenta a mucha gente por el camino.
Ten en cuenta que, a la hora de contratar, puedes limitar el riesgo con tres acciones muy concretas:
- Define bien los procesos de trabajo para que las tareas se lleven a cabo siempre de la misma manera y se eviten errores. Te recomiendo Notion.
- Activa un proceso de revisión y validación para asegurarte de que entregas la calidad que buscas.
- Si tienes la posibilidad, paga por tener acceso a candidatos con experiencia contrastada o pide referencias de terceros que validen su trabajo anterior.
4. ¿De verdad voy a poder confiar en un tercero?
Delegar es la piedra en el zapato de los emprendedores. Es normal que tengas miedo de hacerlo y, la verdad, es que te llevará algo de tiempo superarlo.
La confianza nace de las relaciones. Seguramente, no pondrás la mano en el fuego por alguien que acaba de llegar a tu equipo, pero poco a poco conocerás mejor a esa persona y sabrás cómo te puede ayudar mejor.
Para tumbar este miedo necesitas cambiar el foco. Pensar de forma menos catastrofista y más optimista.
Si aprendes a delegar…
- Recuperarás tiempo y lifestyle.
- Podrás dedicarte a tu zona de genialidad, es decir, a lo que más gusta y mejor se te da, por lo que también serás más feliz.
Aun así, si te equivocas y las cosas se tuercen, hay vuelta atrás. No te pongas sobre ti presiones innecesarias.
Tus miedos y angustias no van a desaparecer de la noche a la mañana.
No puedes pasarte meses o años con la idea de montar un equipo sin hacerlo por la parálisis de tus fobias. Si te conviertes en el freno de tu propio negocio, la frustración te acabará pasando factura.
Al final, el único secreto para superar el miedo consiste en hacer.
Crecer es un proceso, como aprender a nadar o ir en bici. Esas fobias de entonces no se esfumaron porque sí. Lo hicieron porque un día te tiraste a la piscina sin flotador o te quitaron los ruedines.
Vas a hacer que tu negocio se haga adulto. Date un tiempo para adaptarte, ten paciencia y no dejes de hacer.
Si quieres pasar a la acción y hacer crecer tu negocio, apúntate a esta masterclass.