Cómo mejorar la rentabilidad financiera de tu empresa

Cómo mejorar la rentabilidad financiera
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Los dueños de nuestro propio negocio tenemos una espada de Damocles encima de manera permanente: la rentabilidad financiera de nuestra empresa.

Y es que cumplir el sueño de ser tu propio jefe y de tener el bastón de mando en todo lo referente a tu negocio puede ser el desarrollo personal y profesional que tanto has deseado. Es igual de motivante que ilusionante. 

Pero no puedes olvidar de que se trata de un trabajo, de tu sostén económico, de tu modo de vida.

Y, como tal, debes actuar con responsabilidad y de forma estratégica para conseguir más y mejores clientes, invertir adecuadamente y generar beneficios.

Los beneficios son tu garantía para sobrevivir y para tener también la posibilidad de escalar tu negocio.

A menudo los asuntos financieros y económicos son los que más asustan, porque, lamentablemente, la educación financiera no es precisamente uno de los fuertes de la mayoría de los emprendedores.

Hay conceptos básicos con los que te tienes que familiarizar y acostumbrarte a seguir al milímetro, con indicadores que te muestren cómo va tu empresa.

Uno de esos conceptos es el de la rentabilidad financiera de una empresa. ¿Qué es exactamente? ¿Cómo se calcula? ¿Cómo se puede mejorar este indicador?

¿Qué es la rentabilidad financiera?

Una empresa se considera rentable cuando genera beneficios y utilidad.

La medida para evaluar la rentabilidad es, por lo tanto, que la empresa genere más ingresos que gastos. Cuantos más altos sean esos ingresos, más rentable se considerará la empresa.

Este cálculo se hace no solo en base a sus activos, sino también en lo referente al retorno de la inversión.

Para obtener este dato se tienen en cuenta diferentes ratios e indicadores.

Factores que influyen en la rentabilidad financiera

Existen dos factores que influyen en la rentabilidad financiera y cuyos indicadores nos ofrecerán la información necesaria para valorar esta.

El ROA

Se refiere a la rentabilidad sobre los activos de la empresa, Return On Assets, también llamado ROI (rentabilidad sobre las inversiones). 

Este indicador calcula la rentabilidad total de los activos de la empresa. Es un ratio de rendimiento. 

Generalmente, se considera que una empresa es rentable a efectos del ROA cuando supera el 5%.

Otro aspecto importante de este factor es el que le dan los bancos. Las entidades financieras, utilizan el ROA para determinar la viabilidad de la empresa y, de esta forma, decidir si les conceden un préstamo. 

El ROA se calcula dividiendo los ingresos (obtenidos en un determinado periodo de tiempo) entre los activos totales y multiplicado por 100. 

El ROE

El ROE, Return on Equity, analiza la rentabilidad financiera en función del patrimonio que posee.

El ROE se mide sobre los fondos propios de la empresa. Es decir, mide la relación entre el beneficio neto de la empresa y su cifra de fondos propios.

Lo vemos en la siguiente fórmula y ejemplo.

Cómo calcular la rentabilidad financiera: fórmula

La rentabilidad financiera ROE se calcula dividiendo los beneficios netos entre los fondos propios medios.

La fórmula de cálculo es igual al beneficio neto, dividido entre los fondos propios y multiplicado por cien.

Este ratio es de gran importancia porque ofrece una información fundamental para los inversores. 

El cálculo del ROE de una empresa nos indica la capacidad de esa compañía para generar beneficio para sus accionistas.

Es el indicador que mide el rendimiento que logra el inversor, del capital que ha invertido en una determinada empresa.

Así, el inversor puede tener toda la información para analizar la viabilidad de su inversión en esa empresa. y esto puede derivar en que la empresa consiga mayor aportación de sus inversores.

Se considera que una empresa está en un nivel óptimo cuando el ROE es superior a la rentabilidad mínima que exijan los accionistas de la empresa.

El ROE, por lo tanto, mide la eficiencia de la empresa: la cantidad de beneficio que puede ofrecer con los recursos que dispone.

Es bastante útil, también, para comprar empresas del mismo sector, y poder elegir la más rentable para invertir.

Ejemplo del cálculo de la rentabilidad financiera

Veamos cómo se aplica el ROE en un caso ficticio, pero al que vamos a aplicar datos.

La empresa Asociada SA cuenta, a cierre de 2020, con unos fondos propios de 500.000€. Y ha generado un beneficio neto durante el año de 100.000€.

Con estos datos, su ROE corresponde a:

ROE=beneficio neto/fondos propios x 100

ROE= 100.000€ / 500.000€ = x 100= 20% 

Este ROE se aumentará o reducirá en base a las inversiones que se hagan y los beneficios que se obtengan. Y puede verse reducido, sin que esto tenga que ser un mal dato.

¿Cómo puede ser posible?

Supongamos que el año que viene la empresa capta la confianza de los inversores y estos realizan una ampliación de capital con, por ejemplo, 1.200.000€ y genera unos beneficios de 200.000€.

En ese caso el ROE sería de:

ROE = 200.000€ / 1.200.000€ x 100=16,6% 

Un ROE con un porcentaje menor. Pero, en cambio, la situación de la empresa ha mejorado.

Cómo mejorar la rentabilidad financiera en 7 pasos

Controlar y vigilar la rentabilidad financiera de tu empresa es una tarea sobre la que debes prestar atención.

Mejorarla es posible, gestionando cada acción con sumo cuidado. 

Aquí una serie de consejos para conseguirlo.

1. Lleva un control de gastos

Llevar el control de gastos de manera continua y sistemática es una metodología efectiva y astuta, porque conocerás específicamente en todo momento cuál es el estado de tu empresa.

La primera medida es elaborar unos presupuestos que marquen la estrategia a seguir y te permitan crear un marco de referencia. Además, tendrás que vigilar en qué manera se va cumpliendo o cómo se están desviando.

Para hacerlo, elaborar un estado de flujo de efectivo te será muy útil, porque conocerás en qué gastos está incurriendo tu empresa y te permitirá tomar decisiones sobre estos.

2. Incrementa tu margen de beneficio

El margen de beneficio es la diferencia que existe entre el costo que implica producir un producto o servicio y el precio de venta que se establece.

Este margen se puede aumentar mediante diferente tipo de acciones:

  • Aumentando el precio
  • Reduciendo los costos de los productos o servicios
  • Combinando ambas opciones

Aumentar el precio de los productos o servicios que ofreces te puede parecer arriesgado, pero en este caso debes valorar factores como si tu precio siguiera siendo competitivo en tu mercado.

Y, sobre todo, el valor que aporta tu producto o servicio. Si este valor es alto, los consumidores no pondrán reparos a pagar un precio más alto por él.

Por lo tanto, estos son aspectos que debes valorar.

3. Gestiona de forma eficiente tus recursos (económicos y humanos)

Una empresa eficiente es la que gestiona sus recursos, económicos y humanos, para sacar el mayor rendimiento. 

En este aspecto, los tiempos han cambiado y son varias las estrategias que se pueden desarrollar en ambos frentes.

Respecto a los recursos humanos, es importante contar con un equipo capacitado, continuamente actualizado en lo referente a competencias y habilidades necesarias hoy día en el área concreta que tengan que desempeñar.

Además, es importante mantener motivado al equipo y para ello no hay mejor recurso que cubrir sus necesidades e involucrarlo en la organización.

Se conseguirá así que adquieran un compromiso firme con la empresa y la sientan como propia.

Cuanto más alta sea esta sensación de pertenencia, mayor será también cota de productividad alcanzada y, como consecuencia, los beneficios conseguidos.

Respecto a los recursos económicos, además de las medidas anteriormente mencionadas, valora bien el equipamiento que adquieres para la producción y en qué momento lo renuevas.

Lo que a veces puede plantearse como un gasto, puede ser en realidad una inversión que te genere mayores beneficios, porque la producción mejorará en tiempos y/o calidad.

4. Aumenta el ticket medio de tus clientes

Conseguir un cliente para tu empresa conlleva un costo. Tienes que ejecutar acciones para buscarlo, captarlo, calificarlo, atenderlo y fidelizarlo.

Por lo tanto, una buena estrategia para aumentar las ventas consiste en hacer que ese cliente adquiera más de una vez tus productos o servicios.

Esto significa que su ticket medio subirá.

Poner a tus clientes en el centro te hará ver el negocio de otra forma y aplicar estrategias enfocadas a fidelizar a esos clientes que tanto te ha costado conseguir.

Así que desarrolla acciones enfocadas a provocar que tus clientes hagan una nueva compra, repitan: el costo será mucho menor para ti y generará más ganancias. Como consecuencia, será más rentable.

5. Apaláncate en la tecnología

Las empresas del siglo XXI deben manejar los datos que ofrecen los indicadores establecidos de una forma eficiente y, además, ser capaces de tomar decisiones de forma ágil y resuelta.

Son miles de variables las que hoy día maneja cualquier empresa.

Pero, afortunadamente, las herramientas tecnológicas han resuelto muchas de estas necesidades, ofreciendo datos en tiempo real y actualizándose de forma automática. Además, evitan errores, optimizan los procesos internos y ahorran costos.

Así, la tecnología es tu aliada en la gestión de tu empresa. Aprovéchala.

Trabajar en remoto hoy día es posible gracias precisamente a las herramientas online, que ofrecen soluciones para todas las necesidades que surgen.

6. Promueve la eficiencia de tus empleados

El trabajo que realiza tu equipo, los recursos humanos, también se puede medir, evaluar y mejorar. Siempre.

Hacer las cosas de una forma determinada no quiere decir que deba ser así siempre. Los procedimientos se pueden cambiar, por eso es fundamental documentar procesos.

La clave para acertar es analizar los datos de que se dispone, contar con la experiencia del equipo para que aporten en el proceso y extraer información concreta con datos objetivos para hacer esa valoración.

Para conseguirlo, una buena herramienta son los cuadros de mando en los que se recojan los resultados sobre los diferentes indicadores que se establezcan.

Observar y analizar esos datos te pueden aportar una valiosa información y pistas sobre en qué emplea el tiempo y los recursos el personal de tu equipo.

7. Elimina los servicios que no sean rentables

Evalúa los servicios que ofreces en términos de rendimiento y efectividad. No estás para perder dinero, ni tiempo.

A menudo se ofrecen ciertos servicios en empresas porque se cuenta ya con un histórico o porque en su momento constituían un modelo de negocio.

Quizá tengas servicios que ya no resultan tan rentables.

La forma de producción, distribución, logística y entrega han cambiado mucho en los últimos años. Analiza cada uno de los aspectos y valóralos.

Si no es rentable, elimínalo.

Podrás conseguir así tiempo, recursos y presupuesto para poner en marcha otros nuevos o mejorar los que ya ofreces.

Si quieres mejorar la rentabilidad financiera de tu empresa, apúntate a esta masterclass.

Acerca del autor de esta entrada,

Franck Scipion

Acerca del autor de esta entrada,

Franck Scipion

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